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domingo, 16 de diciembre de 2012

Los medios de comunicación y el arte de “Malinformar”


Tras la reciente masacre llevada a cabo en Newtown (Connecticut – EE.UU.), se han vertido ríos de tinta sobre este terrible suceso y sobre el perfil psicológico del presunto autor material de los hechos, Adam Lanza. Y quizá este aspecto sobre las elucubraciones -basadas en rumores- al respecto de la personalidad de Adam Lanza y sus motivaciones para llevar a cabo esa matanza han disparado los niveles de indignación de cientos de miles de familias. Cuando David Halbfinger, periodista de The New York Times incluyó en su crónica una serie de opiniones -de vecinos de la localidad de Newtown- sobre la posibilidad de que Adam Lanza tuviese Síndrome de Asperger no debía ser consciente del daño inmenso que iba a crear.
Y es que esa afirmación basada en opiniones personales no contrastadas hizo que los medios de comunicación -especializados en el “copia y pega”- difundiesen ese detalle como un aspecto a resaltar de la “presunta” personalidad y por tanto como una posible condición de causa-efecto.
....Si Adam Lanza tenía o no Síndrome de Asperger debe ser irrelevante, al igual que si era delgado o tenía los ojos rubios, ya que en ningún caso serían el motivo causante de esta tragedia. Quizá el problema sea el ánimo excesivo de sensacionalismo, hacer buena la máxima periodística de que “La mejor noticia es una mala noticia” pero a ser posible al mínimo costo y a la mayor brevedad, posiblemente dentro de un par de días nadie se acuerde ya de esta noticia (Como sucedió con la masacre de Utoya en Noruega), pero sí quedará grabado en el subconsciente colectivo la asociación de Autismo o Asperger con loco peligroso, o psicópata o cualquier otra barbaridad. En un ejercicio de responsabilidad y ética profesional los medios que han cometido este atropello social, deberían tener la valentía de rectificar, pero no en la página 28 bajo los anuncios de crecepelo, sino dando la misma importancia a la rectificación que al daño perpetrado...